El sábado decidí hacer una locura, nadar la Maratón Acuática Ramallo de 8 km. Locura considerando que en el último mes había nadado apenas dos veces unos 2000 metros y en el último año no creo haber superado los 10.000. Pero los psicólogos sabemos de locura y si había algo que tenía claro era que quería sentir el abrazo del agua una vez más. Recuerdo que en diciembre de 2006 nadé en Ramallo la que fuera mi 2º competencia de aguas abiertas y la experiencia más maravillosa. Esa fue una de las cosas que insistía en presentarse en mi mente una y otra vez durante el sábado. Obviamente me costó dormirme pensando en el desafío, en el río paraná y en mi falta de entrenamiento. Me levanté tempranito y la cordura se apoderó de mí por unos instantes diciéndome con sensatez que era demasiado riesgoso aventurarme en las aguas del Paraná en medio de una crecida considerable y sin entrenar. Pero mientras íbamos viajando por la ruta 9 con amigos del agua entre canciones de Queen y temas de rock nacional, apareció "AGUA", el tema de Los Piojos. Ese tema había elegido yo hace 3 años para comentar en la página del equipo lo que había sentido en Ramallo.Recuerdo haber escrito:
"Agua, con furia y sin freno,
Lava todos mis recuerdos,
Dame en tus gotas la bendición.
Guerras, amores, truenos;
Fuegos, relampagos, truenos;
Barcos, montañas y sueños;
Todo descansa en tu corazón.
Era clara, era vida, de mis manos se escurría;
Me besaba, me envolvía, pero siempre agua seguía"
Llegamos a Ramallo y al ver el río mientras las estrofas anteriores aún daban vueltas por mi cabeza, mi cordura decidió tomarse vacaciones y la pasión por el agua se apoderó de mí.
Así fue que en menos de 10 minutos estaba anotada para "El Gran Desafío", junto con Laura, una Psiconauta Acuariana que hacía su debút en aguas abiertas.Entre charlas y fotos se largaron los 400 mt. que todos los nadadores completaron en menos de 5 minutos. Llegó el turno de los 3 km. y acompañamos a "Charo" una nadadora debutante de "Acuario" que junto con su entrenador Gastón se aventuraban al desafío.
Esperamos ansiosos el momento de la largada mientras veímos pasar un barco tras otro. A los 25 minutos de disparado el cronómetro ubicado en la llegada vimos los primeros brazos asomando entre las olas del río. Momentos después divisamos la gorra blanca de Gastón y la celeste de Charo, que llegó 2º en la general de mujeres. Besos, abrazos, felicitaciones, fotos y el anuncio de la charla informativa de los 8 km.
Y algo básico que dijera el coordinador en esa charla fue lo que me ordenó las ideas y facilitó las cosas. Dijo algo así como que, una vez que se diera la señal de partida lo único que necesitábamos era bracear y respirar. Más claro échenle agua!!!. Si todos sabemos nadar lo único que hay que hacer es mantener la calma y disfrutar de la experiencia.
Con esas palabras nos despedimos de los acompañantes y nos subimos al micro sin más atuendo que las mallas y con la compañía infaltable de gorras y antiparras.
Llegamos al punto de partida y lo único que yo sabía era que iba a intentar guiar a Laura en su debút durante los primeros metros y después quién sabe.
Nos acomadamos bien adelante entre los juncos y al escuchar la señal de partida nos miramos y empezamos a bracear. La salida fue impecable, solo un par de roses con uno o dos nadadores. A los pocos minutos ya estábamos solas y acomodadas en mitad del río. Un par de olas hicieron que tragara agua de forma considerable por lo que empecé a nadar pecho para tranquilizar la respiración y pasar todas las olas que pudiera por abajo. Así fue que Laura se adelantó y a partir de ese punto cada una hizo su propia carrera.
Debo haber nadado más de la mitad de la carrera en pecho porque cada vez que intentaba dar unas brazadas de crol terminaba tragando agua o torciéndome con las olas.
Y de golpe, la lancha de Prefectura se arrima y me gritan cerrate. Les respondo Ok! y mientras sigo nadando pecho veo el barco que marca la llegada. Primero creí que era un error, pero después empecé a ver el brillo de los autos estacionados y las cabecitas de la gente que esperaba en la llegada. Y ahí, que se habían calmado un poco las olas, empecé a nadar crol y llegué al barco, y luego a la boya amarilla y luego a los banderines donde esperaba el coordinador de la carrera con un megáfono dicéndome: bueno, hasta acá, ya terminaste! Me paré, me dijo que habíamos llegado muy rápido y muy bien, me preguntó cómo me había sentido en la carrera, le dije bien y me encaminé hacia la manga. El hermanito de Charo que esperaba en el agua me dijo: Llegaste 4º! a lo que respondí que no podía ser. Él me insisitió: Llegaste 4º de las mujeres, Laura llegó 3º y ante mi sorpresa un par de niñitos del otro lado me saludaron y me chocaron la mano. Luego vino el diploma, la medalla de participación, el reloj que marcaba 1h. 3m., las naranjas para rehidratase, el abrazo con Laura, y los saludos con los demás.
Los resultados: Charo salió 2º en los 3 km. Laura salió 1º en los 8km, categoría 25 a 34 años y 3º en la clasificación general de mujeres. Yo, 1º en el grupo de 35 a 44 años y 4º en la general de mujeres.
Las sensaciones: miles, y de ese tipo de sensaciones que no se pueden poner en palabras.
Los agradecimientos: a Laura por compartir esta experiencia, a Gastón por llevarme hasta Ramallo y por poner Agua en su auto sin saber lo que eso significó para mí, a Charo y su familia por sus sonrisas y abrazos, al coordinador por sus palabras y por sobre todo al agua por su nueva bendición!
1 comentario:
Felicitaciones por el resultado obtenido!!
Y como siempre, excelente y muy util el relato.
Saludos
Juan Manuel
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