martes, 17 de abril de 2007

El Agua de la Vida Parte I

La Pre-Historia


Esta intentará ser una breve (o quizás no tan breve) reseña biográfica de aquellos acontecimientos que me relacionan con el agua...


Considero que esta historia empieza mucho antes que yo naciera, ya que mis abuelos ya estaban relacionados con el agua de algún modo.


Mis abuelos maternos nacieron a orillas del Cantábrico (Galicia). Mi abuelo Manuel C. trabajó toda su vida como marinero. En Sardiñeiro (pueblito de Galicia donde nació mi mamá -foto-) tenía un barquito con el que salía a pescar todos los días. Mi abuela, mi mamá y mis tías eran las encargadas de limpiar el pescado obtenido y venderlo en Finisterre. La entrada de la casa donde vivían estaba en la Playa de Sardiñeiro, y la arena llegaba hasta la puerta. Cuando vinieron a Argentina, en 1950 (viajaron más de 15 días en barco atravesando el Atlántico) mi abuelo siguió trabajando de marinero, pero en grandes barcos que hacían viajes desde el puerto de Buenos Aires o de Rosario hacia Brasil o hacia el sur, llegando hasta Chile, pasando por el estrecho de Magallanes. Por desgracia mi abuelo falleció cuando yo tenía apenas dos años y es poco lo que puedo reconstruir de su historia por los relatos de mi mamá y mis tíos...


Mis abuelos paternos nacieron en Argentina y creo que mi abuelo Manuel F. no conoció nunca el mar, pero se crió en la costa del Río de la Plata, en Villa Domínico, en la época en que el Río (lejos de estar contaminado) les permitía pescar y comer lo que obtenían. Tenían un velerito (de fabricación propia) en el cual salían mi abuelo, mi viejo y mi tío, a navegar y pescar llendo hacia Quilmes, Ensenada o Punta Lara. Si bien la casa donde nació mi papá estaba un barrio alejado, mi abuelo mantuvo durante muchos años su "casilla" de la costa que estaba levantada sobre troncos de más de un metro para evitar que las crecidas la alcanzaran. Lamentablemente también, mi abuelo paterno falleció antes que yo naciera y su historia me llegó a través de mi papá Raúl a quién le encantaba contar anécdotas de esas épocas...


Mi papá aprendió a nadar en el Río y después de hacer el servicio militar (el pobre quería Marina y le tocó Aviación) hizo el curso de Guardavidas de La Cruz Roja (en realidad creo que no había un curso como hay ahora, sino que era una capacitación sobre todo práctica, pero no lo sé con certeza ¿?, sería alrededor de 1950) y trabajó unas temporadas en la Costa de Quilmes, por donde está el Pejerrey Club (foto). Y aún habiéndo empezado a trabajar en una fábrica, habiéndose alejado de la costa y habiéndo perdido (quizás en el olvido) su velero y su casilla, nunca se olvidó de ese lugar y volvió (y volvimos) a ese lugar de la costa de Quilmes una y mil veces, a pescar, a nadar, a tomar mate o simplemente a mirar el Río desde el murallón...
Por todo esto (y mucho más) es que, desde lo más profundo de mi corazón les estoy inmensamente agradecida a mis viejos, no por sus historias (que pueden ser solo simples historias de vidas más simples todavía) sino por haber tenido la capacidad para transmitirme sus emociones, sus pasiones y su deseo, y haber permitido, con total libertad, que me apropiara de aquello en lo que me sentía (y aún me siento) convocada...
Pueden ver las fotos de esta historia en http://picasaweb.google.es/mirifer72/ElAguaDeLaVidaI
o desde "Fotos Pasadas por Agua": "El agua de la Vida"

3 comentarios:

Meister dijo...

Qué linda historia Miru!

Anónimo dijo...

..que es el horizonte? aquello que nos permite y nos hace caminar, siempre va un paso delante de nosotros, sin él estariamos parados, ahogados en tu caso Miru, me alegra que hayas focalizado tu horizonte.. AGUA viva y transparente.

insomniorizar dijo...

Ola1
De nuevo te encuentro!
soy palmira, hace un rato dejé un comentario en tu album de picasa!
Soy de sardiñeiro!
me gustaría ponerme en contacto contigo.
este ess mi mail:
insomniorizar@gmail.com