El Secreto del Abismo...
The Abyss ("El secreto del abismo") es el nombre de una película que debo haber visto más de 10 veces. La dirigió James Cameron en 1989 y la protagonizó Ed Harris ('Bud'). No voy a entrar en detalles sobre la película, pero voy a recordar una escena, cuando Bud llega al fondo del abismo y se da cuenta que, aunque consiguió lo que buscaba, ya no le queda aire (en realidad es más que eso) para volver... En ese momento, miles de metros lo separan de la superficie y la fuerza de miles de gravedades lo aplastan contra el fondo del abismo. Llega el punto donde comienza el último sueño, ese sueño del que ya no se despierta, como en "el claro al final de la senda" de Roland (Stephen King), o como el "confortablemente adormecido" de Roger Waters...
Hubo una época en mi vida, donde me sentí así.
Y justamente fue en esa época, en la que estuve alejada del agua.
Al contrario de lo que le sucedía a Bud (el protagonista de la película) a mí me sobraba aire para respirar, pero igualmente me sentía ahogada...
Hubo un período en que me pareció ver una pequeña luz (tiene que ver con el final de la película y no se los pienso contar - mírenla que vale la pena) y entonces me anoté para hacer el profesorado de Natación.
Como conté en la parte IV, el haber trabajado como "seño" de natación a los 17 años, fue lo más placentero que experimenté en mi vida laboral, y creí que si hacía el curso, iba a poder dedicarme a enseñar Natación y dejar de una vez y para siempre la oficina...
Me equivoqué... estoy en la oficina mientras escribo esto...
En realidad me equivoqué en la elección del lugar donde realizarlo y el error tuvo que ver con el desconocimiento (porque no sabía que otorgaba un título no oficial), con la falta de tiempo (trabajaba 9 horas y cursaba de 4 a 6 horas en la facultad y este curso solo demandaba ir los sábados) y con la urgencia (necesitaba imperiosamente volver a conectarme con el agua).
Durante el primer año, que me otorgó el título de Instructora de Natación, tuve como profesor de la parte práctica a un chico divino que se llamaba Daniel o Javier (no lo recuerdo) y que me enseñó la nueva técnica de pecho (había cambiado mucho la forma de nadar este estilo) y me corrigió bastante la técnica de espalda y también me enseñó a nadar "estilo over" que yo ni siquiera sabía que existía.
El problema era que en el curso se habían anotado varias personas que no sabían nadar (los únicos requisitos para el curso eran saber flotar y tener los estudios primarios aprobados ¿?) y el profe se tenía que concentrar en ellos.
Durante el segundo año, y con una profesora (porque el profe anterior, intentando defender los intereses de sus alumnos, se peleó con los directores del Instituto y renunció) aprendimos ejercicios de técnica para los 4 estilos, técnicas de rescate y algunos ejercicios de entrada en calor...
Aprobé la parte práctica y la parte teórica de pileta sin problemas, pero decepcionada por la falta de calidad del curso, nunca rendí el examen final teórico y por ende, nunca retiré el título de Profesora de Natación (el de Instructora está tirado detrás de una biblioteca...)
Pero más allá de toda la crítica y todo lo negativo, este curso me dio "aire (en realidad es más que eso) para volver..." para volver a sentir el agua, para volver a creer que podía hacer algo distinto, para volver a despertar del sueño eterno de la rutina, al menos por un par de meses...
Además, me enseñó (sobre todo mi profe de 1º año) que, aunque sabía nadar muy bien, no me las sabía todas y que, siempre, en cualquier aspecto o momento de la vida, hay algo nuevo por aprender...
*"El secreto del Abismo" suelen pasarla por Canal Fox, si la alquilan busquen la versión extendida, que es posterior a la original (1993).