miércoles, 19 de diciembre de 2007

Cuentos de fantasmas

Si hay algo maravilloso en los blogs, es que uno puede encontrar, en palabras de otros, lo que no es capaz de decir. En mi recorrida diaria por mis rincones preferidos encontré un texto que me dejó sin palabras (porque describe claramente parte de mi corazón sin conocerlo). Gracias a Guillermo Hernandez por compartirlo y cuando puedan visiten Era Chino que no tiene desperdicio...
Ghosts
No me asustan los fantasmas. En las películas y en la vida. Los fantasmas que se ven y los que nó. Los que aparecen en los sueños y los que se nos presentan en la vigilia. Los espectros feos y los lindos. Los muertos y los vivos. Éste blog ya tiene un fantasma. Sólo unos pocos lo vieron. Podrán contar lo que leyeron, pero ya hay otros que aseveran que no existió. Yo no recuerdo nada. Las fiestas son épocas de presencias. Extraño mucho a mis muertos. A los fallecidos y a los vivos. Añoro algunas cosas que murieron en mí. Tengo 45 años y la única certeza que me habita es que un día me voy a morir. Tengo mucho para vivir. Muchas cosas que no he hecho aún. En las películas, generalmente, a los fantasmas se los erradica resolviendo sus misterios. ¿Cómo se hace en la vida real? ¿Cómo borro los recuerdos fantasmales? Los de vivos y los de muertos. Los muertos de mi vida los alojo en mi alma. Mi madre, mi padre, mis abuelos, algunos amigos, compañeros, tíos, todos son recuerdos que transitan mis entrañas. Sin dañarme, sin lacerarme. Son mis muertos. Me habitan, los extraño. Los fantasmas de los vivos me inquietan. Son presencias indelebles. No por gloriosos, esos espectros aún conservan sus lugares. Cada uno tiene un grito. Están los que suenan como barcos en en mar, los que apenas son audibles y los que dejaron de gritar. Cada uno tiene un ruido, un sonido que obliga a recordar. Haber vivido, simplemente, me ha llenado de presencias. A veces me siento como un enorme cementerio, en el cual todo el día danzan esos nombres, aferrados a los ojos que aún intento olvidar. Danza loca, alegre, de imágenes que se detuvieron en el tiempo. Danza que disfrutan los que ya no son, plasmados en mis recuerdos como ayer. Rostros, piernas y manos que no volveré a ver. Fantasmas...vivos y muertos...ya no me asustan más. (Publicado por Guillote)

1 comentario:

Damián de Haedo dijo...

Un grande Guille. Este año lo pude conocer personalmente, y es un gran tipo.
Te felicito por el blog. Si querés, pegate una vuelta por el mío.
Saludos!