jueves, 14 de junio de 2007

Faltan 7 días

Solo faltan 7 días. El jueves próximo a esta hora, estaré llegando, junto a mis compañeros de equipo, a la ciudad de Santa Fe, para competir en el Campeonato Argentino de Natación Master. Serán cuatro días agotadores, pero llenos de emociones. Porque si no me emocionara al subirme al cubo de partida para disputar cualquier prueba, sin duda, no tendría sentido seguir haciéndolo.

Según mis vivencias y recuerdos de torneos pasados, podría dividir cualquier torneo en cuatro partes:

1º El Viaje - Esto abarca desde los días previos en que uno arma el bolso tratando de no olvidarse nada, los sueños previos, que van: desde llegar tarde y perder el micro para llegar al torneo, hasta nadar noche tras noche la misma prueba, ganando o perdiendo, pasando por esa sensación horrible de tener que salir a nadar y no encontrar la malla...
El viaje en sí mismo es otro desafío. Vencer toda la serie de pensamientos que se cruzan por la mente mientras uno va en camino de vivir algo muy intenso. Intenso, porque es al mismo tiempo pasión y fastidio, vitalidad y cansancio extremo, energía y agotamiento, desafío y temor...

2º La Competencia - Una vez en el lugar, uno sabe que no hay vuelta atrás y que la única opción es relajarse, disfrutar del lugar, del torneo, de las competencias de los compañeros de equipo y de todos los "grosos" de otros equipos que uno va conociendo y admirando... Esta etapa transcurre en su mayoría, al borde de la pileta y consiste en pasar las horas que te separan de tu prueba, alentando a tus compañeros, registrando tiempos, tomando mate, sacando fotos y comiendo bananas y turrones...

3º La Prueba - Este es el gran momento, que va desde el primer llamado de tu serie, en que partís hacia la cabecera y toda la atención que estaba dispersa en los miles de estímulos que te rodeaban, se concentra, se enfoca en la prueba que te toca y en el andarivel que te espera. Pueden pasar una o dos series más antes que llegue el último llamado y empieces a sentir que la adrenalina puja por salir de tu cuerpo. Pero una vez que dijeron tu nombre y sonó el silbato que ordena subirse al cubo de partida, la mente solo espera la señal de largada y el golpe del agua en el cuerpo al momento de la partida. Toda la tensión que sentías en tu mente se traslada a tu cuerpo en su intento de vencer la resistencia del agua de una manera veloz. La llegada y el resultado son anecdóticos, porque el momento supremo es en realidad la carrera misma, lo demás es yapa. Para algunos ese momento sublime dura menos de 30 segundos. Para mí, en general, dura entre 3 y 13 minutos, pero valen la pena de horas y horas de entrenamiento y preparación.

4º El Retorno - Cuando todo se termina y tanto la mente como el cuerpo se relajan, aflora el cansancio de las horas o días de torneo y el único deseo es llegar a casa y más precisamente a tu cama, que en ese momento se convierte en el trofeo más importante para tanto esfuerzo.

Después vendrá la "evaluación de desempeño", propia o del entrenador, pero eso es otro capítulo.
Durante el fin de semana próximo intentaré contarles estas cuatro etapas en vivo y en directo. Ojalá la tecnología y el cansancio me lo permitan...

1 comentario:

Meister dijo...

Jajaja. Bananas y turrón, la dieta básica de cualquier nadador que se precie. ;)